"Planeta vivo", pero enfermo
El estado de salud de la Tierra es alarmante. Mil millones de personas no tienen acceso suficiente al agua potable. Por otra parte, se observan graves reducciones en la población de especies en las selvas y los mares.
Las poblaciones de vertebrados en las zonas tropicales bajaron un 60 por ciento desde 1970 y un 70 por ciento de las poblaciones de peces están amenazadas por la sobrepesca. Estos son algunos de los datos incluidos en el «Informe Planeta Vivo», presentado hoy en todo el mundo por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Este reporte ofrece desde 1998 información sobre las condiciones ambientales de la Tierra, comparándolo con datos de hasta 1970.
Si se repartiera la superficie del planeta de manera equitativa, a cada persona le corresponderían unas 1,8 hectáreas. Este índice refleja el área actualmente disponible para cada habitante para producir los recursos y absorber las emisiones.
La «huella ecológica»
Pero desde la década de 1970, la humanidad supera la capacidad regenerativa del planeta, denominada biocapacidad global, y requiere de 2,7 hectáreas por persona. Por lo tanto, la Huella Ecológica, que analiza la demanda humana sobre los ecosistemas, es 1,5 veces mayor a lo que debería ser en el caso de un consumo sostenible.
Los países que tienen la mayor Huella Ecológica son Emiratos Árabes Unidos, con más de diez hectáreas globales per cápita, seguido por Qatar, Dinamarca, Bélgica y Estados Unidos.
En el otro extremo de la tabla figuran Timor Oriental, Bangladesh y Afganistán, con unas 0,5 hectáreas.
En la actualidad, «se necesitan 1,5 años para que la Tierra regenere los recursos utilizados en 2007 y absorba el dióxido de carbono emitido». Sin embargo, WWF advirtió que si la tendencia continúa, para el año 2030 la humanidad utilizará los recursos de dos planetas. Y los países industrializados viven a expensas de los países emergentes y en vías de desarrollo.
Retroceso de la biodiversidad
Esto también se refleja en la evolución de la biodiversidad, indicada en el informe. Los expertos del WWF observaron en las regiones tropicales un retroceso del Índice Planeta Vivo (IPV), un indicador de las tendencias de casi 8.000 poblaciones de vertebrados de más de 2.500 especies, de un 60 por ciento, mientras que el IPV templado aumentó cerca del 30 por ciento.
En general, «la salud de los ecosistemas ha disminuido un 30 por ciento», dice el informe. Sin embargo, esto no significa necesariamente que los ecosistemas templados estén en mejor estado que los ecosistemas tropicales. «El aumento del IPV templado desde 1970 puede deberse al hecho de que empieza en una línea de referencia más baja y de que las poblaciones de especies se están recuperando gracias a la mejora del control de la contaminación y gestión de residuos, una mejor calidad del aire y el agua, un aumento de la cubierta forestal o también a esfuerzos mayores de conservación en al menos algunas regiones templadas», se explica en el reporte.
En cambio, en las regiones tropicales la situación es totalmente diferente: «el IPV tropical comienza probablemente desde una línea de referencia más alta y refleja cambios ecosistémicos a gran escala» desde 1970.
La crisis, una oportunidad
En el Indopacífico, la biodiversidad bajó un 66 por ciento desde 1970, en Sudamérica un 55 por ciento. Sin embargo, para WWF, la «actual crisis económica ofrece una oportunidad única para reevaluar el modelo de desarrollo e iniciar la ruta hacia la sostenibilidad».
En este sentido, la organización ambientalista identificó dos desafíos prioritarios: abastecer a la población mundial en constante crecimiento con alimentos y energía, y repartir de manera justa y equitativa los recursos naturales disponibles.
La Conferencia sobre Biodiversidad de Naciones Unidas, que comenzará el lunes en Japón, podría constituir una buena oportunidad para establecer las primera medidas para cumplir con estas metas.
Fuente_dw-world