Organizaciones ecologistas piden una investigación a fondo de la muerte de un lince en Ciudad Real
La muerte de un lince ibérico en una caja trampa, ocurrida en una finca de Ciudad Real el pasado miércoles, ha puesto de manifiesto el peligro que representa el empleo de los métodos de control de predadores. Las cajas trampa y los lazos causan la muerte de un gran número de ejemplares de especies protegidas. Las tres organizaciones solicitan una investigación a fondo a la Consejería de Agricultura de Castilla La-Mancha para que se aclaren a fondo los hechos y exigen que se suspendan de inmediato todas las autorizaciones de control de predadores.
Para Ecologistas en Acción, SEO/Birdlife y WWF la muerte de «Grazalema» es un hecho de enorme gravedad. La pérdida de un lince ibérico en una zona en la que se está recuperando la población, lo que pone en riesgo el plan de recuperación de la especie para el que la UE acaba de destinar una gran suma de fondos. Por otra parte, la muerte ha sido causada por el empleo de métodos de control de predadores, cuyo uso está ampliamente extendido en los cotos de las zonas linceras y su entorno, en especial en Castilla-La Mancha, debido a la política permisiva de las Delegaciones de Agricultura.
El control de predadores es una práctica muy habitual en España, que no tiene eficacia para reducir las poblaciones de zorro y que, sin embargo, resulta peligrosa y perjudicial para la conservación de la biodiversidad. De hecho, los principales métodos empleados (cajas trampas y lazos), resultan muy poco selectivos y, en lugar de eliminar exclusivamente las especies para las que se han colocado (caso del zorro o de ciertos córvidos), acaban matando otras especies de predadores, todas ellas protegidas por la ley.
De esta forma se produce el efecto contrario al deseado: la desaparición de predadores como el lince acaba por favorecer justamente a las especies más generalistas, como el zorro, que acaban predominando en la zona. Así, el modelo de gestión pensado para hacer desaparecer a una especie como el zorro, ha conseguido justamente que esta especie sea el carnívoro predominante.
A juicio de las organizaciones, no debe hacerse control de predadores, sino control de la depredación a través de la gestión del hábitat. En zonas con hábitats complejos y una comunidad de carnívoros variada, la densidad de zorros disminuye, y con ella, su posibilidad de depredar sobre especies de i9nterés para la caza, como conejos y perdices.
Asimismo las tres organizaciones defienden, apoyándose en trabajos científicos y en la experiencia sobre el terreno, que la caja trampa es el método menos selectivo de todos, ya que con el mismo raramente se capturan zorros mientras que otras especies, como linces, gatos monteses o incluso aves rapaces, caen con facilidad. Justamente la escasa selectividad de estos métodos ha producido en las últimas décadas la desaparición de muchas especies de predadores en amplias zonas del país. De hecho el uso de lazos y cajas trampas ha sido la principal causa de desaparición del lince ibérico en muchas áreas de presencia tradicional de la especie.
Según las ONG no tiene ningún sentido que se inviertan grandes cantidades de fondos europeos y nacionales en la recuperación del lince ibérico, si al mismo tiempo no se corrige una de las principales causas de su desaparición.
¿Qué dice la Ley?
El control de predadores se está aplicando de forma ilegal y sin ningún tipo de control por parte de la administración en importantes áreas de ciertas comunidades como la propia Castilla-La Mancha. La ley 42/207 en su artículo 62.3a prohíbe la utilización de todos los procedimientos masivos y no selectivos para la captura o muerte de animales. Además en su apartado g de este mismo artículo especifica que «los métodos de control de predadores que sean autorizados por parte de las Comunidades Autónomas deberán sido homologados en base a los criterios de selectividad y bienestar animal fijados por los acuerdos internacionales». A pesar de esta prohibición y pese a que ningún método ha sido homologado hasta la fecha, en varias provincias españolas como Albacete o Ciudad Real se ha seguido autorizando el uso de estas prácticas.
Además estas autorizaciones, que deberían darse de forma excepcional, ser públicas y cuyos resultados deberían ser remitidos al Ministerio de Medio Ambiente, se vienen generalmente concediendo con regularidad, independientemente de la presencia o no de especies amenazadas o protegidas, sin que se haya demostrado realmente la necesidad de utilizar estas técnicas de forma excepcional y sin que se hayan agotado otras vías más adecuadas, la mejora del hábitat o la captura de especies objetivo durante la temporada de caza.
Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y WWF solicitan que se suspenda de forma inmediata toda autorización de cualquier actividad de control de predadores por parte de las Comunidades Autónomas hasta que se especifiquen las condiciones de excepcionalidad que se deben aplicar para su autorización y hasta que no se homologue algún método que garantice una verdadera selectividad en su funcionamiento. Por otro lado piden que se inviertan esfuerzos en desarrollar acciones encaminadas a la mejora de las condiciones del hábitat y a la consecución de un adecuado equilibrio ecológico.
Especialmente las organizaciones solicitan que se prohíba, de forma inmediata, en todo el territorio nacional y de forma definitiva el uso de cajas trampa, dada su escasa eficacia, su nula selectividad y su peligrosidad para las especies protegidas.
Por último los tres grupos solicitan a la Consejería de Agricultura que realice una investigación a fondo para esclarecer las causas y las circunstancias en las que se ha producido este accidente. Las ONG van a solicitar una reunión a la Consejería de Agricultura para que se les informe del resultado de esta investigación y de las medidas que se tomarán para que no vuelva a ocurrir una situación así.