La nueva PAC no afronta los importantes retos de la crisis alimentaria o cambio climático.
Tras la votación del Comité de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo sobre la reforma de la PAC se confirman las peores previsiones de las organizaciones ambientales ya que avanza hacia una reforma que en temas ambientales rechaza los aspectos más interesantes propuestos por la Comisión Europea. De confirmarse esta posición, algo que tendrá que refrendar el Pleno del Parlamento el próximo marzo, disminuyen las esperanzas de una nueva PAC capaz de afrontar retos como la crisis alimentaria o el cambio climático.
En el proceso de debate sobre la reforma de la PAC, los Eurodiputados del Comité de Agricultura (ComAgri) han votado estos días una serie de enmiendas a las propuestas de la Comisión, apoyando mayoritariamente el cambio hacia una política menos comprometida en lo que a aspectos ambientales y sociales se refiere. Entre las enmiendas aprobadas, SEO/BirdLife y WWF destacan como más negativas las relacionadas con los nuevos pagos verdes, las nuevas medidas de desarrollo rural o la condicionalidad.
Enmiendas aprobadas más preocupantes:
• Pago verde o greening: Se proponen requisitos menos estrictos y que los cultivos leñosos o las explotaciones acogidas a ayudas agroambientales u otras certificaciones ambientales cobren estos pagos automáticamente. Esto puede llevar incluso a un problema de doble financiación y algunos agricultores podrían cobrar dos veces por un mismo compromiso, algo paradójico e inaceptable en los tiempos de austeridad que corren,.
• Presupuesto: El ComAgri apoya una mayor transferencia de los fondos de desarrollo rural hacia las ayudas directas (modulación inversa), a pesar de que estas últimas son acaparadas en la actualidad por un pequeño número de grandes explotaciones. Esto supondría un serio recorte para medidas clave del pilar 2, como las agroambientales o las de Natura 2000, pudiendo incluso afectar a otras de gran interés, como las de jóvenes agricultores o las de asesoramiento y formación.
• Desarrollo rural: Se aprecian algunos aspectos positivos, como fijar un gasto mínimo para las medidas agroambientales y la producción ecológica. Aún así, aparecen otras propuestas contraproducentes desde el punto de vista ambiental, como el apoyo a la financiación de los seguros agrarios con fondos de desarrollo rural, lo que mermaría aún más el presupuesto disponible para otras medidas. Además, se han rechazado las propuestas para apoyar los Sistemas de Alto Valor Natural (que favorecería sin duda de manera explícita a la agricultura y ganadería extensiva española) o a la Producción Ecológica.
• También se propone eliminar la propuesta de la Comisión de que sólo se financien aquellas obras de modernización de regadíos que supongan un ahorro real del agua. Lo que nos volvería a llevar a grandes inversiones en obras que no suponen ningún beneficio para nuestros ríos y acuíferos.
• Condicionalidad: Aunque han votado a favor de recuperar los artículos de las Directivas Aves y Hábitats, que la Comisión proponía eliminar, han rechazado cualquier referencia al cumplimiento de la Directiva Marco de Agua y la de Uso Sostenible de Pesticidas, a pesar de ser claves para avanzar en la sostenibilidad y el futuro de la agricultura.
Enmiendas presentadas por los Eurodiputados españoles:
Se pueden identificar algunos aspectos positivos como que algunos de ellos hayan luchado para que los pastos arbustivos o leñosos, los más característicos de nuestra ganadería, puedan también recibir ayudas de la PAC o por que se eleven las tasas cofinanciación para medidas como las de Natura 2000 o Directiva Marco de Agua, entre otras. Sin embargo, destacan propuestas contrarias a una mejora ambiental, como las encaminadas a diluir el alcance y presupuesto de los pagos verdes o el apoyo a la modulación inversa. En lo que a desarrollo rural se refiere, se ha defendido la disponibilidad de fondos para la creación de nuevos regadíos –a pesar de que, en nuestro país, en numerosas zonas regables no existe garantía de agua- o el apoyo a que los llamados instrumentos de gestión de riesgos se financien con FEADER.
SEO/BirdLife y WWF se cuestionan quiénes son los verdaderos beneficiarios de esta reforma. De continuarse con esta posición se perderá una de las últimas oportunidades para dotar a esta política de legitimidad y contribuir a retos tan importantes como la crisis alimentaria, el cambio climático o la perdida de biodiversidad. El ComAgri parece olvidar que tiene el mandato de proteger la agricultura y la naturaleza, y que problemas ambientales causados por la intensificación de la agricultura, promovida en gran medida por la PAC, no pueden ser ignorados.
La próxima oportunidad para cambiar esta situación será en marzo, cuando voten el resto de Eurodiputados al respecto de la reforma. Por ello, SEO/BirdLife y WWF apelan a su responsabilidad para apoyar un gasto de calidad y una PAC en favor de la agricultura y el medio ambiente.
Ana Carricondo | SEO/BirdLife