La emisión anual de CO2 por cada madrileño baja hasta las 4,6 toneladas, frente a las 9,8 toneladas de media nacional
La emisión anual de dióxido de carbono (CO2) por cada madrileño ha bajado hasta las 4,6 toneladas, según datos del Ayuntamiento de la capital, que contrapone esta cifra a las 5,5 toneladas de media en las ciudades españolas de más de 150.000 habitantes y las 9,8 toneladas de media nacional.
El alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, y la delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, han presentado recientemente los datos de calidad del aire de Madrid pertenecientes a la primera mitad de 2010 (enero-septiembre), recogidos por las 24 estaciones medidoras de la nueva red municipal, que está homologada por la UE y avalada por el Ministerio del Medio Ambiente.
Esta red, que según Botella se ha reordenado para cumplir con los criterios de la UE que obligan a tener diferentes tipos de estaciones (de tráfico, de fondo, urbanas y suburbanas), se suma a otra medida «pionera», como es la zonificación de la ciudad en seis áreas, lo que permite «declarar las alertas en zonas más reducidas con alta densidad de población y definir niveles de actuación más precisos».
De hecho, según el primer edil, la ciudad ha reducido las emisiones de CO2 entre 2003 y 2009 en un 4,2 por ciento a pesar de que el parque automovilístico de la capital ha crecido un 30 por ciento en la última década.
Así, la media per cápita de los vecinos de la capital corroboran que «los valores máximos de CO2 son, hoy en día, diez veces menores a los que se registraban hace quince años». De hecho, durante 2009 el valor medio de dióxido de carbono quedó en 0,40 microgramos por metro cúbico, cuando la media octohoraria máxima diaria es de 10 microgramos por metro cúbico.
Además, el Consistorio también obtuvo buenos resultados en otros contaminantes como el benceno, con 0,76 microgramos por metro cúbico durante 2009 (el límite anula está en 6 microgramos); el dióxido de azufre (SO2), con 10 microgramos por metro cúbico en el mismo periodo frente 125 microgramos de límite diario; o las partículas en suspensión PM 2,5, cuyo valor objetivo anual es de 25 microgramos frente a la media madrileña de 13.
OTROS CONTAMINANTES
Sin embargo, frente a estas cifras «sensiblemente menores» a las de hace diez años, hay otros contaminantes que hay que seguir controlando porque ahora se han convertido en las principales preocupaciones de la calidad del aire.
Así, el dióxido de nitrógeno (NO2) ha reducido sus valores medios acumulados con respecto a 2009, pasando de 52 a 40 microgramos por metro cúbico de media, justo el límite para este contaminante. Sin embargo, once de las estaciones medidoras sí han superado el valor límite anual en este periodo.
Con respecto a las partículas en suspensión (PM10), cuyo valor límite diario está en 50 microgramos por metro cúbico, se han mantenido en el valor de 22 durante los primeros nueve meses del año, tres puntos menos que la media de la red durante 2009. Además, ninguna de las estaciones superaron en más de 35 días ese límite.
Por su parte, el ozono (O3), que no debe superar los 120 microgramos por metro cúbico más de 25 días al año de promedio en un trienio, sólo alcanzó ese nivel cinco veces hasta septiembre, si bien algunas estaciones como la del parque Juan Carlos I o El Pardo rebasaron esa cifra en 53 y 45 ocasiones, respectivamente.
Según el Consistorio, las superaciones del umbral de información de ozono durante el verano (de abril a agosto) de este año llegaron a las 107 ocasiones en Barcelona, a las 38 en Guadalajara y a las quince en Sevilla.
BENEFICIOS DE LAS POLÍTICAS MUNICIPALES
Ante estos datos, Gallardón ha reiterado su «compromiso» para «continuar reduciendo los efectos del principal agente emisor de gases contaminantes en la ciudad: el tráfico rodado, que genera el 75 por ciento de las emisiones de óxidos de nitrógeno y partículas en suspensión».
Así, ha recordado que a los 1,8 millones de coches de los ciudadanos de la capital se suman cada día más de millón de vehículos procedentes de otras localidades. «Madrid tiene que establecer medidas para proteger su medio ambiente, pero no queremos establecer un sistema restrictivo como el que han impuesto otras ciudades como Londres, que tiene un peaje», ha matizado.
Por ello, ha subrayado que el camino pasa por «mejorar la movilidad para ofrecer alternativas» a los ciudadanos –como más transporte público, el fomento de energías renovables, la creación de nuevas zonas peatonales o de prioridad residencial, o la renovación de la flota municipal de vehículos, de las empresas contratistas con el Consistorio y de otros sectores regulados municipalmente como los taxis–, con el objetivo de no dañar las actividades económicas y la competitividad de la ciudad.
«En los últimos siete años Madrid ha demostrado (con los datos de crecimiento del PIB, por ejemplo) que se puede mejorar el medio ambiente sin que eso sea un obstáculo para el desarrollo económico y social», ha recordado el regidor.
Y es que, a su entender, «es en épocas de crisis cuando hay que implantar un modelo de ciudad más sostenible y habitable, y hacer de necesidad virtud, usando más eficientemente los recursos para ser más competitivo».
Además, ha insistido en que, a pesar de que «Madrid ha conseguido mantener la competitividad y mejorar su calidad de vida y su calidad del aire, la satisfacción se alcanzará cuando se alcancen los niveles más exigentes de la UE».
«Es necesario acabar con el derrotismo de que para mejorar la calidad del aire hay que destruir riqueza y empleo. Mejorar la calidad del aire pasa por las políticas municipales y el sacrificio ciudadano. No tengo ninguna duda de que Madrid cumplirá los parámetros de la UE antes que París o Londres y otras ciudades homólogas, pero sin sacrificar nunca la transparencia», ha concluído.
Fuente_Ecoticias