Firma del Pacto de Ámsterdam para ciudades más sostenibles
La firma histórica del Pacto de Ámsterdam, durante la Semana Verde 2016, situará a las partes interesadas locales en el centro de la política urbana. Permitirá una mejor inversión en áreas clave de la Agenda Urbana para la UE, tales como la economía circular, el uso sostenible de la tierra y soluciones basadas en la naturaleza, la adaptación al cambio climático, la transición energética, la calidad del aire y la movilidad urbana.
Karmenu Vella, comisario europeo de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, dijo «Las zonas urbanas de Europa albergan más de dos tercios de la población de la UE, consumen aproximadamente el 80 % de la energía y generan hasta el 85 % del PIB. Son los lugares en los que se produce la concentración demográfica, financiera, comercial e industrial, y donde el potencial para el crecimiento sostenible es mayor. Con la firma del Pacto de Ámsterdam, la Agenda Urbana para la UE puede atraer inversiones a áreas clave para crear empleos ecológicos y hacer de nuestras ciudades un sitio mejor en el que vivir».
Las inversiones en soluciones ecológicas vendrán del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), que ha asignado 15 000 millones EUR al desarrollo urbano sostenible hasta 2020. La cantidad total de inversiones destinadas a las ciudades es mayor, con un 50 % estimado del FEDER, lo que supone entre 80 000 y 90 000 millones EUR. La promoción del transporte sostenible y de soluciones innovadoras es también un área clave de Horizonte 2020, y se han asignado 6300 millones EUR para dicho fin.
Una gran parte de la Agenda Urbana para la UE se centrará en la energía. En la actualidad, las áreas urbanas de Europa consumen cerca de 80 % de la energía, y la mayor parte proviene de combustibles fósiles. Para alcanzar el objetivo vinculante de reducción del consumo de energía del 30 % en edificios de aquí a 2030, la Agenda Urbana para la UE ayudará a impulsar la política energética de la Unión Europea, invirtiendo en redes eléctricas, energías renovables y eficiencia energética, principalmente en los edificios. Esto permitirá reducir los costes energéticos de ciudadanos y empresas, así como crear nuevos empleos en sectores ecológicos.
La inversión en ciudades más verdes también supone invertir en el bienestar público. Los parques, los techos verdes o las barreras de sonido ecológicas son ejemplos de medidas que además de mejorar la salud gracias a un aire más limpio, proporcionan mejores espacios recreativos a los ciudadanos.
Liubliana, Capital Verde Europea 2016, ha demostrado lo que se puede conseguir al peatonalizar el centro de la ciudad, establecer áreas verdes protegidas y marcar un objetivo de «cero residuos». Mollet del Vallès y la ciudad portuguesa de Torres Vedras fueron las ganadoras del premio Hoja Verde Europea de este año en parte gracias a sus estrategias de movilidad.
Más ciudades pueden seguir los pasos de Liubliana, Mollet del Vallès y Torres Vedras, pero necesitan invertir adecuadamente. La Agenda Urbana para la UE proporcionará un marco que todos los agentes podrán usar para acelerar la transición de las ciudades hacia un futuro más limpio, saludable y económicamente viable.
Antonella Bassi